Hoy vamos a hablar de la performance feminista. Madre mía, dos conceptos que todo el mundo odia, juntos. Empezamos fuerte.
Contexto
Lo que podemos definir como performance feminista tiene sus raíces en el teatro de guerrilla y en las revueltas universitarias y callejeras de los movimientos feministas norteamericanos de los años 60-70. El cuerpo de varias artistas feministas es el soporte de la obra, su cuerpo se convierte en la materia prima con el que ellas experimentan, exploran, cuestionan y transforman. La performance es un género que permite a las artistas buscar la definición de su cuerpo y sexualidad sin tener que pasar por la mirada masculina.
Ahora, teniendo claro lo que quiere decir esta bomba hacia los más tradicionales, vamos con un ejemplo de artista performance. Aunque en este caso en concreto, estaría más cerca del happening que de la performance, puesto que el público entra en acción en su obra.
Porque, no solo pretendo enseñar, dar mi opinión o exponer aspectos que a mí me parezcan interesantes. Sino que, lo que pretendo, es visibilizar. Crear un espacio para esas mujeres que fueron olvidadas por la historia.
Va por vosotras.
Yoko Ono
Voy a hablar de una artista en concreto, la cual, me parece uno de los casos más desgarradores. Además, para sorpresa de todos, es medianamente conocida, (por ser la mujer de, qué sorpresa, verdad).
Yoko Ono fue una de las pocas mujeres artistas y de las pocas personas no- occidentales que estaban empujando los límites del arte en Nueva York, a inicios de la década de los 60.
En la obra “Cut Piece”, (1965), Ono permanecía arrodillada en el escenario e invitaba a los miembros del público a subir y a rasgarle la ropa con unas tijeras, cubriéndose los pechos con las manos a medida que las prendas iban cayendo. Deconstruyendo la relación supuestamente neutral sujeto/objeto entre el espectador y el objeto de arte. Ono presentaba una situación en la que el espectador se implicaba en el acto potencialmente agresivo de desnudar a un cuerpo pasivo. A esto había que sumar también los aspecto de género, ya que se trataba de un cuerpo femenino. Cut Piece también pone de manifiesto cómo la mirada inconsciente tiene el potencial de dañar e incluso destruir el objeto sobre el que se posa.
“Los espectadores fueron recortando las partes de mí que no les gustaban. Al final sólo quedaba yo, firme como una piedra, pero ni siquiera eso les satisfacía: querían saber qué había en esa piedra“. (Yoko Ono, comentario de la artista, 1971)
Un claro ejemplo, de cómo actúa el hombre ante un sujeto pasivo que no puede defenderse.
¿Qué? ¿Qué de quién es mujer Yoko Ono? ¿Qué quién es ese hombre que se menciona cada vez que se habla de ella? Pues si no lo sabéis, cosa que dudo, os invito a que valoréis a las personas por quiénes son, no por con quién están casadas, o con quién se acuestan, o por todo lo que no la define.
Miriam Muñoz Valero.“La pesada esa que dice que todo es machista” Para familia, amigos, y gente con conciencia de clase y ganas de conseguir un mundo mejor y en la equidad de oportunidades, soy Miriam, o también “La tal Demencia(@DemenArt) esa en Twitter que siempre se está quejando”. Yo he venido aquí a decir la palabra feminismo muchas veces.