Lutero y los actos revolucionarios

El preu de la llibertat

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El 31 de octubre de 1517 Martín Lutero, harto de una Iglesia Católica que se lucraba vendiendo bulos pontificios (indulgencias que aseguraban el Paraíso hicieses cuanto hicieses en vida) a la gente humilde, decidió revelarse, escribir sus “95 tesis” y pegarlas en la puerta de la Iglesia de Todos los Santos de la Ciudad de Wittenberg. Estas “95 tesis”, que plasmaban su desacuerdo con las ventas de indulgencias, constituían una dura crítica contra el catolicismo y plateaban que el papel de la Iglesia debía ser la transmisión de los conocimientos de los evangelios y no la interferencia de esta en la relación de cada persona con el Señor. Estas tesis fueron impresas y difundidas por toda Europa. El Papa reaccionó excomulgando a Martín Lutero y censurando sus escritos, pero sus ideas ya se habían difundido y un cambio abismal en la sociedad de la época se estaba produciendo.

Si hoy en día se realizase un acto similar al de Lutero, las consecuencias apenas se notarían. Para plasmar cuanto ocurre, me gustaría exponer un ejemplo. Día a día miembros de la Unión de Juventudes Comunistas de España dejan carteles pegados al igual que hizo Lutero, en la puerta de mi universidad, protestando contra la desigualdad o la violencia machista, y, misteriosamente, alguien los arranca como hicieron con las tesis de Lutero. No obstante, nadie dice nada ni actúa al respecto y esto pone de manifiesto el brutal cambio que ha experimentado la humanidad en estos últimos 500 años. Un día, el escritor británico George Orwell dijo que “en una época de engaño universal, decir la verdad se convierte en un acto revolucionario”. Y qué razón tenía.

El ser humano que aspira a cambiar las cosas y que tiene vocación de progreso debe darse cuenta de que vivimos en un mundo globalizado donde lo económico ha pasado a estar por encima de las personas y los Derechos Humanos solo importan si vives en Occidente y eres blanco. Y más si tienes dinero. El ser humano debe darse cuenta de que si Lutero revolucionó Europa fue porque se atrevió a hacer algo diferente y eso provocó un fuerte impacto tanto en la intelectualidad como en la gente de a pie. Si nadie hace caso a los folletos de la UJCE, igual son ellos quienes deberían plantearse que hay algo que no están haciendo bien, y que, en un mundo donde todos estamos cansados de ver carteles (cuanto más luminosos mejor) y octavillas por el suelo, el acto revolucionario no pasa solo por decir la verdad, si no por decir la verdad pero siendo también revolucionario en las formas.

Mientras los ciudadanos que creemos en el progreso sigamos estancados en lo mismo de siempre, los gobernantes que luchan para conseguir mantener su statu quo y que todo siga igual seguirán restringiendo poco a poco nuestros derechos, imponiendo leyes represivas como la Ley Mordaza o expulsando a periodistas de ruedas de prensa como hizo el presidente estadounidense Donald Trump con el periodista latino de Univisión Jorge Ramos. Como reflexión general al respecto del tema planteado en esta humilde reflexión que espero les haya gustado, me gustaría citar a la ex primera dama estadounidense Eleanor Roosevelt, “el futuro pertenece a quienes creen en la belleza de sus sueños”.

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