Tras su concierto, en pleno Pirata Rock Fallas nos reunimos con algunos de los miembros de Nativa: Julio Maloa y Sen-k (vocalistas), y Adri Faus (bajista). La banda sacó en septiembre su primer álbum, de nombre homónimo. Tras tres conciertos de presentación en Valencia, Barcelona y Madrid a finales del año pasado, se encuentra en un 2020 con una larga gira por delante.

– ¿Qué esperáis de esta gira?

Adri Faus: Para nosotros esta gira es un poco como un examen porque es un proyecto nuevo. Empezamos desde cero con la mochila que llevamos detrás, pero sabemos que debemos ser otra vez un grupo nuevo y tenemos que ganarnos al público. Eso es la asignatura pendiente que tenemos. Hemos querido hacer una gira bastante extensa para poder mostrarnos. No queríamos ser exclusivos, simplemente ser un grupo que quiere tocar y así lo va a hacer. Tenemos una gira de unos 50 conciertos en los que esperamos disfrutar un montón e ir mejorando muchísimo nuestro espectáculo.

“La parte creadora de las personas que intentamos ser artistas no es domable, no le puedes decir : Ya, para”

– ¿En qué sitio tenéis como meta tocar?

Julio Maloa: Bueno la meta no está definida para nosotros aunque sería llegar a lo más lejos posible, como hemos ido haciendo hasta ahora pero sin ningún punto fijo definitivo digamos.

A: Nuestra meta es poder seguir trabajando y poder tocar en escenarios, que es lo que más nos llena. Nosotros somos personas que día a día estamos pensando cómo mejorar para poder permitirnos el lujo de subir a un escenario y pasarlo bien. Si os fijáis, muchas veces entre nosotros nos miramos y hay una mirada de complicidad muy bonita, que es el resultado de tanto trabajo y tanta conversación entre nosotros sobre cómo hacerlo lo mejor posible. Cuando vemos que el público reacciona bien, nos miramos y para nosotros eso es la meta. Vernos y decir: hemos hecho el trabajo bien. Eso creo que es ahora mismo, en el punto de partida de Nativa, la meta. Luego si quieres llenar un estadio ya vendrá, no creo (risas). Creo que tenemos que tener los pies en el suelo, y como decía mi abuelo: primero va el uno y, aunque parezca mentira, luego va el dos. Y eso es así, y toda la vida será así. 

– En este parón que habéis tenido descansar habéis descansado más bien poco. En la última etapa de La Raíz, ya estábais pensando en forjar el grupo y luego ya salisteis y empezasteis a componer, a grabar, etc. ¿No os sentisteis tentados de prolongar el descanso?

A: Descansar es una cosa muy complicada, al menos para mí. El récord está en 4 horas, pero bueno, da igual. La parte creadora de las personas que intentamos ser artistas no es domable, no le puedes decir :“Ya, para”. No puedes porque tú sales a la calle o estás en una conversación con un amigo o lo que sea y de repente vienen esas ganas de crear. No puedes parar. Descansar nosotros sí, hemos descansado de La Raíz porque tuvimos mucha tralla, pero con Nativa volvimos a crear desde el inicio. De hecho, el nombre de Nativa viene un poco de eso, de hacer un reset con nuestras mentes y descargarnos de todas las presiones de querer gustar. Queríamos hacer un proyecto diferente, lo hicimos. Este es el resultado. No obligamos a nadie a que nos escuche. Quien lo quiera escuchar está dentro de nuestra familia. 

“Compararse con La Raíz es una cosa criminal. A mí no me gustaría que nos compararan con La Raíz pero es inevitable y tenemos que entenderlo”

Para mi tranquilidad decidme que al menos os habéis tomado unas vacaciones y os habéis ido a algún sitio (risas). 

Sen-k: Para nosotros las vacaciones ya es poder dormir en casa, comer en casa, estar en casa durante el año de creación. Como bien has dicho, la idea de formar el grupo que hoy en día tenemos surgió justito al terminar la trayectoria con nuestra anterior banda, La Raíz. Es cierto que ya enseguida nos metimos a crear, nos metimos a trabajar en el proyecto, a pensar, etc. Pero estás durmiendo en casa, estás en casa, estás con los tuyos. Entonces, para mí eso ya fue un descanso y aparte, la ilusión que te genera saber que no te detienes.

¿Cuál ha sido el mayor reto que habéis tenido que afrontar a la hora de sacar adelante el disco?

J: Bueno, a la hora de crear, que es lo más difícil. Intentas sacar un producto musical que, aparte de gustarte como banda e individualmente, intenta llegar a todo el mundo y con el que la gente se sienta identificada. Los altibajos son constantes.

A: El reto es entender la aceptación de la gente. Es así, cuando tú creas te gusta a ti y llega un momento en que te dices: oye pero es que eso lo tiene que escuchar la gente. Y dices: vale, primero ha pasado el filtro de que nos guste a nosotros. Luego parece fácil, pero sácalo. Sácalo y duérmete ahora, a ver que pasa. Además teniendo el hándicap de que somos miembros de un grupo anterior y era como: joder, a ver qué sacan estos. Compararse con La Raíz es una cosa criminal. A mí no me gustaría que nos compararan con La Raíz pero es inevitable y tenemos que entenderlo. Y el mayor reto para nosotros fue decir: Vale chicos, lo hemos hecho con todo el cariño del mundo y con todo el amor del mundo pero ahora, a partir de este momento, sale al público. Manteneros firmes y que las críticas que vendrán no os afecten. 

¿Qué creéis que vuestra música aporta a la sociedad?

S: Siempre se ha dicho que la música amansa a las fieras. Nosotros hacemos música porque es nuestro estilo de vida y porque en nosotros ha significado también una manera concreta de ver las cosas. Nosotros lo que pretendemos con nuestra música es, ya no despertar conciencias, sino que cada persona se plantee y sea crítico con las cosas que le rodean. Yo creo que algo muy bonito que tiene el artista es poder plantear eso, que el público se pregunte y que la gente que va a consumir ese arte se pregunte qué ha querido decir el artista y aparte poder dar el sentido propio a la obra. Yo creo que poder dirigirse así al público con el arte, ya sea en cualquiera de sus formas, es lo más grande que tiene la humanidad a mi manera de ver. El arte es una herramienta fundamental en la sociedad.

“La canción a la que más cariño le tengo es “Balas de Cristal” porque fue una canción que soñé y tal y como la soñé se ha quedado”

¿En qué momento pensasteis en meter sonidos de electrónica?

A: El momento es difícil de decir. Por suerte, ahora tenemos herramientas sencillas de conseguir a nivel de electrónica. Cada uno puede tener un home studio en casa, y conseguir sonidos, y grabar guitarras gracias a una interface de sonido y todo eso. El momento de meter electrónica fue cuando éramos pocos en la banda y dijimos: hacen falta ciertos elementos que llenen y tal vez la guitarra, el bajo o el trombón no puedan hacerlo. Entonces decidimos probar con ese mundo desconocido que es la electrónica. Pero todavía nos viene grande, fue meterse en un mar inmenso, un océano brutal e ir probando, y todavía estamos probando. De hecho, seguimos analizando los temas diciendo ¿es eso lo que teníamos que hacer? Estamos intentando crear cosas nuevas para no quedarnos solamente con el disco, estamos descubriendo muchas cosas nuevas y es bonito saber que todavía te falta muchísimo por aprender. Cada vez que descubres esa cosa de “todavía queda mucho más” te da ganas de seguir trabajando en eso que nos apasiona, que es la música. 

¿Tenéis pensado sacar más videoclips?

A: Decir que no es mentira, esa es la respuesta. 

¿A qué canción le tenéis más cariño?

J: Con los directos es con lo que más me siento identificado, es donde más creo que desarrollo todo el potencial que tengo. Las letras ya están ahí, pero es crear ese punto en un directo que te pone la piel de gallina. Hoy a sido “Lluvia de Abril”, ha sido una pasada. Luego está pues “Domador” que tiene una potencia super buena o “Mundo Enfermo”, que es más peculiar también. Pero “Lluvia de Abril es la que creo que puede ser la movedora de masas. 

S: En mi caso a mí me gusta mucho “Mundo Enfermo”. La primera canción que conoció el público fue “Rua Na Selva” pero la primera que creamos fue “Mundo Enfermo”. A esa le guardo mucho cariño, aparte de que se acerca bastante al estilo musical que yo consumo, que es el reggae. Pero como dice Julio, según van pasando los conciertos vas viendo con lo que te lo pasas guay y tal y por ejemplo en mi caso con “El Domador”, “Lluvia de Abril” y “Mi Jaula” es con las que mejor me lo paso.

A: Para mí “Balas de Cristal” porque fue una canción que soñé, y tal y como la soñé se ha quedado. Me levanté, todavía tenía el párpado pegado al otro y salió. Y al grupo le gustó y además, son ritmos que no habíamos tocado nunca. Y fue un riesgo, pero me gusta mucho, es muy especial porque tal y como la soñé es como está sonando. Luego en el escenario al estar tocándola me llena de algo que no sabría explicar nunca. 

“Para mí es ese momento, derrumbarme a llorar y saber que estaban las cinco manos rodeándome el cuello”

¿Con qué anécdota os quedáis de todo el proceso de composición hasta que salió el disco? 

A: Momentos yo tengo dos especiales, pero hay uno que es perpetuo. Se repite muchas veces y no quiero pecar mucho de romántico, pero es que si no lo digo reviento. El momento es cuando después de todo el trabajo te giras y hay cuatro personas abrazándote de forma muy cariñosa, sabiendo que están contigo en esa lucha y tú con ellos en su lucha. Para mí es ese momento, cuando después de mil problemas técnicos actuamos en Madrid por primera vez. El público lo dio todo, subí al camerino y derrumbarme a llorar y saber que estaban las cinco manos rodeándome el cuello. Ese fue, aún me emociono al recordarlo.