Handia y Eneko Sagardoy

El preu de la llibertat

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Dirección: Jon Garaño, Aitor Arregi
Guion: Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga, Andoni de Carlos
Fotografía: Javier Aguirre
Música: Pascal Gaigne
Reparto: Joseba Usabiaga, Eneko Sagardoy, Ramón Agirre, Iñigo Aranburu, Aia Kruse, Iñigo Azpitarte

Handia es una película triste, que habla mucho de moral, de la vida misma, del tiempo y sus dificultades, de lo humano y de lo crueles y frágiles que somos, todo a la vez. A ratos tierna y a ratos violenta, el largometraje sucede físicamente pero también recorre las almas de quienes la interpretan y de quienes la disfrutan.

Lo mejor: La fotografía y Eneko Sagardoy, el gigante de Altzo. Su interpretación te revuelve el estómago y te hace sentir pena, pero no esa pena compasiva, pena con dolor, pena de nosotros mismos, incluso un ligero asco de la sociedad que conformamos. Ese tipo de pena que sabe reflejar perfectamente en su lenguaje no verbal y que te hace que conectes con sus sentimientos más recónditos.

Curiosidades: Del mismo equipo que Loreak, Handia ganó 10 premios Goya en su última edición. La respuesta a cómo se hace un gigante en el cine la podemos encontrar en las redes sociales del propio actor que lo encarna, con ayuda de unos zancos, pero eso no es todo, el propio Saad Kaiche, argelino de 2.29 metros de altura y que aparece en el film, hace de doble de Sagardoy. Otro detalle: gana mucho más verla en versión original.

 


 

El machismo a través de la pantalla

A continuación, Eneko Sagardoy, galardonado con el Premio Goya al mejor actor revelación, me concedió una entrevista diferente en cuanto a la temática estándar que suelen tener las entrevistas de actor que gana un premio. Nos habla con el corazón sobre los problemas actuales que vivimos en nuestra sociedad tan necesarios de atajar.

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Sagardoy
Eneko Sagardoy posando con el Premio Goya en el photocall de la gala

-Me gustaría entender cuáles son los pasos a seguir una vez empiezas en el cine desde cero y tu película se estrena, cómo funciona el tema de promocionarse.

-Yo empecé en cine enviando mi material a directores de casting y a productoras. Una actriz me envío una convocatoria de casting para una película. Envié mi material y encajé en el perfil. Al de poco me reuní con el director e hice la peli. A veces no sabes qué va a pasar. Los primeros años, desde que empecé a querer dedicarme a esto, enviaba mil mails a representantes y demás gentes que pudieran ofrecerme una prueba. En mi caso, he trabajado mucho en teatro. Ha habido directores y directoras que me han visto en teatro. Pero sobretodo, creo que lo que más me ha funcionado, ha sido trabajar mucho y responder bien: como actor y como persona. Con un representante te olvidas de estas gestiones, te consiguen pruebas y te dan un escaparate, muy difícil de conseguir.

-Teniendo en cuenta la vergonzosa cifra de actores que pueden vivir de esta profesión, ¿por qué cree que ocurre esto a pesar de que el cine español, por ejemplo, ingresa solo en salas en el ejercicio acumulado de 2018 más de 10.000.000€? ¿Hay una forma diferente de ver o entender esto estando dentro de esta industria?

-No sabría decirte una razón específica. Creo que es el cúmulo de muchos factores. La cifra es vergonzosa, sí. Estando un poco dentro de la industria, aunque sea un recién llegado, creo que el tema es que no valoramos la cultura lo suficiente como la sanidad o la educación, y eso que estas últimas también carecen de cuidados. Pero hablando de lo mío, creo que un mayor entendimiento hacia el valor que realmente tiene que nos cuenten historias, que nos emocionemos, que soñemos, que deshagamos nudos… si entendiéramos estos efectos como sanadores y educativos, creo que la industria sería mejor cuidada por las instituciones. Pero a lo mejor es que no les conviene que la gente se encienda, se aclare o dé cuenta.

Ahora hay poco trabajo, para muchos trabajadores, y poca inversión para muchas ideas. Si nos comparamos con Francia, estamos en las antípodas. Por no nombrar el IVA cultural o las paupérrimas condiciones laborales en las que trabajan la mayoría de los actores y actrices. Un rapero camino a la cárcel, una exposición retirada y un libro secuestrado, son las noticias de este estado la semana pasada. ¿Cómo vamos a avanzar?

La imagen que puede dar nuestro oficio debido a las alfombras rojas, photocalls o reportajes, es necesario para el negocio del cine. O eso dicen. Poco tienen que ver con el verdadero trabajo, con el arte y la creación. La imagen brillante y de ricos hacia nuestra profesión es debido a ese “negocio” y la percepción que crea en la ciudadanía. Pero más del 80% no se puede dedicar a esto. Es bastante paradójico.

-Además de esta disparidad, hay una gran brecha salarial entre hombres y mujeres que, aunque para el presidente “no es competencia de los gobernantes”, también se sufre en el cine, ¿qué le parece esto y cómo lo ve formando, sin quererlo, parte de ello?

Es terrible. Es terrible la ignorancia del presidente. Es que no quieren aceptar públicamente que esa brecha, o esos acosos, o esa sexualización de la mujer es pensada, premeditada, para mantener todo un sistema al gusto e interés del hombre. Los hombres cis, que somos privilegiados desde que nacemos, por el simple hecho de tener pene e identificarnos como hombres, nos cuesta mucho darnos cuenta de esos privilegios y más si tenemos que delegar el poder. Creo que es la hora de callarnos y escuchar. Y desde la segunda fila, luchar y sobretodo desaprender toda la mierda machista que nos han metido y que hasta hace poco no lo hemos puesto en cuestión. Pero sobre todo callar y dejar sitio. Que nada de esto ha sido casualidad.

-Algunas actrices como Emma Stone, por ejemplo, han confirmado que co-protagonistas suyos han aceptado cobrar algo menos para que la diferencia no sea tan grande, ¿cree que es esa la manera de acabar o disminuir esta discriminación?

-No voy a ser yo quien diga a Emma Stone o cualquier otra mujer lo que tenga que hacer para recuperar sus derechos que han sido denegados y denigrados por nosotros, los hombres. Yo me estoy deshaciendo de privilegios y poderes, ellas todavía luchan por los derechos.

-A la hora de acceder a oportunidades, me gustaría que me contara sus posibilidades como persona que gana un premio, y después las posibilidades de un hombre y una mujer cuando ganan un premio.

-Las mías ahora no las sé. Creo que lo sabré dentro de unos meses. De todas formas, todo lo que está pasando será a mejor, seguro. La mujer, por todo lo comentado antes, siempre va a tener una posición más desfavorable. Ojalá lleguemos a un momento en que la incógnita de qué pasará con nuestras carreras después de ganar un premio sea la misma.

-Ha trabajado en el teatro, ¿pasa exactamente lo mismo?

-Sí. Es un conflicto transversal, estructural. De una forma más visible o no, el machismo forma parte de nuestra cultura, lo tenemos asimilado. Ha entrado en todos los sitios sin tocar la puerta. Y mientras las mujeres la padecían a los hombres nos está costando darnos cuenta de que la acogimos de la manera más inconsciente y cómoda posible.

-De cara a los Óscar y como ya se viene observando en otras entregas de premios, solo el 20% de los nominados son mujeres, ¿desde dónde cree que tiene que cambiar esto y quién o quiénes lo promueven?

-Lo promueven hombres, poderosos y blancos la mayoría. Hay que dejarnos educar y luego educar. La cuota de nominadas no es más que otra muestra de la lacra machista que ha afectado a las creadoras de esta industria. No sabría decir cuáles son los pasos a dar. Pero desde luego, no debemos quitarnos las gafas que identifican los mecanismos y decisiones machistas. Esas que parecen que no hacen daño, y luego el 20% frente al 80%. Creo que hay quien todavía piensa que es casualidad. Es ridículo.
-La cifra del 20% que le daba no contaba con los galardones que se distinguen por género (mejor actor, mejor actriz), ¿qué le parecería que en vez de esta distinción solo se entregara un galardón para el o la mejor actor o actriz en una única categoría?

-Por un lado me gustaría mucho que fuera una única categoría, porque no creo en esa clasificación por sexos. Tan rígida y tan excluyente, que deja fuera a todas las personas que no se identifican ni con uno ni con el otro. Pero por otro lado creo que si la mayoría de las películas son protagonizadas por hombres, y muy pocas por mujeres, la selección de candidatos no haría más que perpetuar un desequilibrio muy grande. Los premios son visibilidad, y saldrían perdiendo las mujeres. Ojalá lleguemos a un punto en que hay por igual pelis protagonizadas por hombres, mujeres o como se identifiquen. Entonces, creo, que podríamos plantearnos la posibilidad de premiar la mejor interpretación, en general. Ahora me parece que hay luchas más urgentes y que afectan a la gran mayoría de las actrices y los actores, que a unos pocos seleccionados.

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