Además de sufrir el patriarcado en nuestras propias carnes, dejando que nos desposea de nuestra propia identidad, también tenemos que combatirlo. Se nos arroja a un mundo sórdido donde no podemos ser capaces de erigirnos como nuestras propias dueñas, donde se nos divide y se nos confronta para que desconozcamos el alcance real que tiene nuestra unión. Eternamente observadas por la mirada masculina, dirigidas en un mundo que les pertenece por completo. Ser mujer es una tarea muy dura, y cazar fantasmas machistas mucho más.

Desde todos los ámbitos de la sociedad tenemos que aguantar que se nos diga cómo tenemos que vivir, cómo tenemos que pensar, qué tenemos que hacer con nuestros cuerpos, con nuestras vidas. Es incómodo, humillante y frustrante tener que escuchar siempre la opinión de otros – hombres, cómo no – sin poder mostrar tan siquiera indiferencia, o estar en desacuerdo. Sin tener ninguna actitud irreverente, o insultante, ellos la mantienen con nosotras, con su estrecha visión paternalista del mundo, desde el control de los gobiernos de los estados hasta el cuidado de la casa. Siempre saben lo que tenemos que hacer, siempre saben señalar nuestros defectos y menospreciar nuestras virtudes, ensalzando su posición de héroe salvador.

¿Hombres diciendo cosas? Pero qué loca estoy…

No queremos vuestra igualdad, buscamos nuestra libertad. Todo lo demás sobra, no nos hace falta vuestra ayuda, que de desinteresada tiene poco. Lo mejor que podríais hacer por nosotras es haceros a un lado y dejar que pudiésemos tomar posiciones de poder en cualquier frente de la sociedad. Poder hablarnos de tú a tú sin medias verdades, sin justificar que tenemos una igualdad que no es cierta. O más bien que tenemos la igualdad que habéis escogido. Mientras que vosotros seguís haciendo lo mismo, ayudar en lo doméstico y trabajar, nosotras nos hemos convertido en supermujeres, que todo lo han de poder, que tienen que estar en todas partes y ser perfectas siempre; de lo contrario no valemos lo suficiente. Y eso no es ningún principio de igualdad.

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Reunión de feministas conspirando contra los hombres

“No queremos vuestra igualdad, buscamos nuestra libertad”

Tenemos que escuchar como continuamente somos bombardeadas por mensajes falaces y que insultan a nuestra inteligencia. Tener que soportar día a tras día como nos repiten que ya somos iguales –siempre son ellos los que imponen su pensamiento– y de lo muy alejadas que estamos de la realidad. O el típico argumento donde valoran nuestra lucha pasada, y que simplemente todas las quejas actuales son pura parafernalia y totalmente accesorias. Que nos quejamos de vicio, y que sólo las feministas de antes tienen ganado su respeto, porque claro no pueden ir en contra de lo evidente. Esas feministas “de antes” lucharon por los derechos básicos y universales que todo humano debería tener por el hecho de ser persona, y no en función de la raza, clase social o género al que se pertenezca. Ir en contra de esto sería pegarse un tiro en el pie. Así que simplemente lo hacen con el feminismo actual que es el que les inoportuna, el que les molesta y les combate, ¿para qué abrir luchas pasadas si ya están perdidas? Toda su desgracia es que saben que perderán esta también. El futuro es sabio y lleva nombre de mujer.

Además de locas, ahora las feministas también agredimos, amenazamos y matamos; no tenemos suficientes horas del día para acabar con todos los hombres indefensos que solo buscan la igualdad de verdad ¿O los locos sois vosotros? No lo tengo claro. Lo que sí sé es lo que no se debe hacer y constantemente se repite, como una broma de mal gusto que no hace gracia a nadie, tan sólo a vosotros. Siempre con vuestro burdo humor, casposo e inútil, como este país. Parece que pedir respeto, que desear el mismo trato que se da, y querer ser tratada como una igual es un sueño imposible en este mundo. Decir ser feminista y esperar un trato digno es imposible, siempre saldrá el típico frustrado de turno a reírse de nosotras, a llamarnos feminazis y a despreciar nuestra causa. Justo lo que nos hacía falta, gente entorpeciendo ya de por si una tarea difícil ¡nos quejamos de vicio! Si ya tienen razón al llamarnos locas… Somos unas locas de la igualdad. Mejor dicho, acabaremos igual de locas que el mundo cínico en el que vivimos.

La violencia feminista

Mujeres, dejad de matar a los hombres, dejad de ser tan feministas. No podemos acarrear a nuestras espaldas ni un solo hombre víctima de la violencia matriarcal. Nos es imposible luchar por un mundo mejor, donde almas inocentes sufran por nuestros propósitos. No somos así: la opresión y la violencia no nos define. A lo más recalcitrante y conservador de este país ya le gustaría que la violencia estructural de la mujer hacia el hombre fuese real. Nos reiríamos de la lucha feminista si existiese algo así. El sistema heteropatricarcal es el único que ejerce opresión en un único sentido y con muchísima fuerza. De arriba hacia abajo oprime al más débil, al más inocente, al más diferente. Nuestra sociedad patriarcal es una sociedad violenta.

David Pérez (PP), alcalde de Alcorcón, rezando por los hombres asesinados a manos de sus mujeres
David Pérez (PP), alcalde de Alcorcón, rezando por los hombres asesinados a manos de sus mujeres

Tenemos que soportar un estado que protege a un sistema machista. Donde incluso partidos políticos pueden hacer campaña en contra del feminismo sin que esto sea motivo de denuncia o incluso prohibición. Van claramente en contra los valores democráticos y cualquier principio de igualdad. Es muy duro oír a estos tipos y seguir pensando que todos debemos de ser tratados como semejantes, porque ciertos sectores de la sociedad carecen de total humanidad. Reaccionarios ultraconservadores que piden el respeto por la familia, la tradición y son pro-vida, pero que no respetan formas alternativas de familia, que no respetan la vida de la mujer, que menosprecian su voluntad y su cuerpo. Esta gente rechaza totalmente cualquier signo de progreso y de entendimiento más allá del cuarto oscuro y estrecho que forma su mente. El amor no tiene género y la libertad e igualdad tampoco debería.

“Si no podemos volver solas a casa de noche no es igualdad”

Solo somos feministas enfadadas cuando todos vosotros sois unos ignorantes, misóginos e irrespetuosos. Los fantasmas que intentamos combatir nos persiguen sin descanso, no se dejan atrapar fácilmente. Hay que eliminar de una vez por todas la visión de que el feminismo es algo negativo. España es un país que da cobijo dentro de las estructuras de poder a todo tipo de degenerados, fascistas y machistas que solo saben faltarnos al respeto. Un ejemplo es el alcalde de Alcorcón, del PP, que sin ningún tipo de pudor nos ha llamado a todas las feministas frustradas, amargadas, rabiosas y fracasadas. Supongo que el ideal de mujer de este señor será el de las buenas mujeres, realizadas por tener hijos, mejores esposas si cabe, sumisas ante un sistema patriarcal y una sociedad que las denigra como personas. Esto es: la antítesis de una mujer libre. O a cierto cardenal escupiendo bilis por la boca al hablar del imperio gay y del lobby feminista, creando monstruos y fantasmas que solo existen en su trastocada cabeza. Aunque el fantasma sea él y nosotras las que le tengamos que dar caza. Vivimos en un mundo, en un país donde se nos viola, se nos agrade, se nos humilla y se sigue negando la violencia estructural machista, alegando que son solo casos puntuales. Si no podemos llegar solas a casa de noche no es igualdad. Inventaos otro término, pero no nos engañáis más. Ser mujer es pertenecer a un colectivo de riesgo por el simple hecho de haber nacido así. No tenemos ninguna culpa y vosotros toda.

¡Claro que sí, guapi!
¡Claro que sí, guapi!

También se ha ido habar sobre el tema de feminizar la política. Quizá lo que necesitemos es desmasculinizar la política, la sociedad al completo. Romper la rigidez de la heternorma y vivir en un mundo donde lo que importe sea la vida humana, no el qué dirán, donde desaparezcan los prejuicios y las rigideces actuales. Acabar todos los complejos que nos empujan a una irremediable infelicidad dentro de un mundo hipócrita que jamás ha querido escucharse. El feminismo llega para romper las cadenas de todos, no solo las nuestras, pero eso es algo que no me gusta recordar. No necesitamos en esta lucha a gente interesada, nuestra única motivación tiene que ser un futuro conjunto más luminoso, un proyecto común del que participar todos.

“solo somos feministas enfadadas cuando todos vosotros sois unos ignorantes, misóginos e irrespetuosos”

Acabaremos con vuestra frustración, con toda vuestra rabia que no conduce a ningún lugar bueno, que nos lleva dando tumbos mucho tiempo y que solo saca lo peor de nosotros. Si quisiéramos ser justas os deberíamos de pagar con más odio, con represión, deprecio y dolor; con la misma moneda que vosotros lo habéis hecho. Pero simplemente no podemos. Todo el daño que hemos sufrido no tenemos que imprimirlo en la sociedad, no es lo correcto. Dad gracias que no buscamos ser vuestros iguales sino elevar el concepto de la humanidad en su conjunto. Nuestra libertad nos pertenece, por mucho que no os guste y nuestras decisiones no os atañen para nada en absoluto. El planeta necesita paz y prosperidad, y vosotros ya habéis malgastado demasiadas oportunidades en llevarnos una y otra vez a la ruina.

¿Qué el feminismo ha fracasado? ¡Ya os gustaría! Así no tendríais que vivir con angustia estos tiempos en que os extinguís como dinosaurios. Me gustaría poder decir que lo siento, pero no me sabe nada mal. Lo disfruto, viendo cómo se cae a pedazos, se hace añicos vuestro viejo mundo, casposo y retrogrado, y nace uno con más luz y fuerza de la que vosotros hubierais podido soñar si quiera. Ahora nos toca a nosotras también. No es cuestión de que no habléis, sino que dejéis de gritar y nos escuchéis. No pensamos alzar la voz más de lo necesario, de combatir si no es por lo justo. No somos como vosotros, ni pretendemos serlo. No queremos justicia, ni queremos venganza, solo queremos un mundo mejor, más libre y no patriarcal. No pararemos hasta conseguirlo.

 Nosotras somos la revolución.

Vosotros los fantasmas que más temprano que tarde os olvidará el pasado.