Desde el estado español, desde las asociaciones unionistas, y desde los medios de comunicación españoles se envía el mensaje infiltrado de que los catalanes independentistas, están adoctrinados y lavados del cerebro, ¿por qué?. Es el primer síntoma de una falta grave de argumentos. Cuando alguien discute un tema con otra persona, y acaba dándose cuenta que su adversario defiende la verdad, ya sea por orgullo o por necesidad, el único argumento que le queda a disposición suele ser el tópico de: ” te han lavado el cerebro”.
Cataluña antes de ser una comunidad autónoma era un principado. Fue a través de una guerra de sucesión de tronos, que fue tomando el carácter mas regional y autonómico de un estado llamado España. La pregunta ahora es, ¿Que hubiera pasado si Cataluña hubiera ganado aquella guerra contra las tropas borbónicas? La respuesta es simple. Ahora habría una butaca mas en el congreso de la ONU. Cataluña es un país frustrado, que representa el motor económico del estado español. Cataluña es una de las regiones del mundo que mas expolio sufre por su propio gobierno, y una de las regiones del mundo, que mas represión cultural ha padecido. La élite de los economistas, saben que si Cataluña fuera un estado propio seria una potencia económica europea, y sus ciudadanos podrían poseer unos privilegios de bienestar que ahora desafortunadamente carecen.
Cuando te enfrontas a la verdad, solo puedes responder y defenderte con la mentira. Cuando el unionismo español se quedó sin argumentos, no le quedó otra que hacer uso de su argumento de emergencia; “el adoctrinamiento catalán”. Todo el mundo sabe que esto es mentira. Es decir, todo el mundo que hace uso de la razón y va mas allá del bien y del mal, mas allá de lo que nos dicen, y mas allá de lo que un ciego voluntario puede ver.
La televisión catalana no adoctrina a la población. Si esto fuera cierto sólo habría un 25% aproximado de independentistas en Cataluña, ya que la televisión catalana solo posee un 21% de la audiencia televisiva. Y en las escuelas no se adoctrina a los jóvenes, como dice el señor Albiol. De hecho en la consulta del 9-N, el voto que falló a la independencia fue el voto joven.
A todos los que habéis leído este pequeño artículo, apagad la tele, la radio, cerrad vuestros periódicos y diarios, sentaos y reflexionad moralmente, aunque para algunos, quizás ya sea tarde.