Las redes sociales y el mal humor

El preu de la llibertat

Des del 2013 a Revista Mirall hem treballat per fer realitat un espai de periodisme valent, crític i combatiu. Seguim en peu gràcies al suport voluntari dels nostres subscriptors. Suma't des de només 2€/mes

¿Por qué hay tanto cabreado en las redes sociales? Mira que me cruzo a diario con decenas de indeseables que usan las RRSS para desfogarse de la peor forma, pero jamás logro entender qué les lleva a hacer ciertas cosas. Si estás cabreado con el mundo cómprate un saco de boxeo y déjate la adrenalina ahí sin molestar a nadie más, el resto de opciones negativas siempre implica tocar los cojones a terceros. Las redes si tienen algo bueno es que podemos elegir qué contenido consumir de forma directa, evidentemente que leeremos cosas de forma indirecta que pueda propinarnos un puñetazo moral, pero siempre tenemos nosotros la última decisión. Entiendo que activistas o personas involucradas en ciertos proyectos deban bajar al barro entre “guerrillas” y mancharse, pero siempre ante todo con sangre fría y sabiendo qué se encontrará uno ahí. Pero conectarse a Twitter o Facebook para acabar de peor humor que antes de hacerlo es simplemente de 1º de masoquismo, e incido en que puedo entender momentos puntuales, pero no esta praxis a diario.

Hace mucho tiempo que a base de hostias personales por culpa de la exposición aprendí a gestionar medianamente este tema, me prometí a mí mismo que a la mínima que algo me hiciera entristecer o enfurecer lo apagaría. Creo que la gente que aprecio de mi entorno y yo mismo no necesitamos que una simple red social o cualquier medio consiga girar mi estado anímico hacia abajo, porque hacia arriba sé dónde buscar para obtener ese resultado. Dejando de lado mi experiencia personal, hay gente que de verdad la ves que te interpela con odio irracional, me los imagino en su casa viscerales rompiendo muebles a lo Hermano Mayor mientras contestan a un tweet mío y no me los puedo tomar en serio. Luego está ese perfil que aparece a diario en tus interacciones simplemente con el fin de hundirte en la miseria emocional, cuando vienen muchos te acostumbras pero lo peor es que normalizamos ciertas conductas que al largo plazo acaban afectando aunque digamos que no. Yo reconozco que cierta insistencia de cierta gente me acabó afectando hasta niveles que no describiré, te obligan a no mostrarlo porque exponer tus debilidades aún les facilita el trabajo.

Mira que caímos en las peores artes muchos en el ámbito 2.0 hace tiempo, pero precisamente por eso hay que analizarlo y que cada uno haga su análisis constructivo de todo esto. No dejéis que una mísera red social por mucho que os pueda llenar en ciertos aspectos cambie vuestro estado anímico para mal, elegid mejor a quién seguís o qué leéis, en qué momentos es idóneo entrar en una red social u otra, no os metáis en discusiones infinitas y absurdas a diario porque por experiencia propia puedo deciros que no lleva a absolutamente nada, solo degrada. Ese tiempo que perdemos leyendo a miserables, enfureciéndonos con opiniones de inútiles o entrando en perfiles de gente que odiamos se puede aprovechar de millones de maneras más productivas, al final la vida se simplifica en eso, tiempo limitado, posibilidades ilimitadas.

- Publicitat -