Oh, Dios mío, ¡ha hablado en CATALÁN!

El preu de la llibertat

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Esta mañana las redes están ardiendo por un hecho único, polémico, tremebundo, terrorífico, un hecho condenable e irrespetuoso, ¿estáis sentados/as? Sí, un comentarista de fútbol ha cometido el mayor error que podía cometer en su vida, ha hablado en catalán fuera de micrófono, tal y como lo leéis, sin maquillaje argumental. Ocurrió durante el Bayern-Juventus de Champions League en Bein Sports, por el bien del país, la nación, la unidad de España y la Pantoja espero que hayan encarcelado y procesado a este comentarista, ya está bien de reírse en nuestra cara, ¿no creéis? Qué se han pensado, ¿Qué vendrán a usar dialectos provincianos que aparecen como cooficiales en la Constitución de forma libre y pública? Ya está bien de tanta desfachatez, ya está bien de tanto tomarnos el pelo a los españoles de bien.

Dejando las bromas a un lado, vayamos a comentar de forma constructiva este hecho. Ya no me sorprende ver las reacciones de la España profunda hacia todo lo que suene a catalán, ya lo hemos visto en decenas de ejemplos, Sergio Ramos retando a periodistas a hablar en andaluz porque Piqué contestó en catalán a un medio catalán, ojo, tras contestar en castellano a un medio castellano. No nos sorprende tras ver las redes divididas al ver que Serrat cantaba en catalán en TVE, Shakira linchada por cantar el ‘Boig per tu’ de Sau, en su día Alfredo Kraus linchado por cantar ‘Pel teu amor’, etc. Pero luego mandamos a Eurovisión a alguien cantando en inglés de forma normalizada, nos encanta que Obama hable castellano en un mitin en un condado de Texas, nos enternece ver a Will Smith hablar castellano en el Hormiguero o Kobe Bryant diciendo ‘qué pasa amigo’ a Pau Gasol en los JJOO, esta es la hipocresía del día a día de una sociedad irrespetuosa con la cultura diferente a la tradicional.

Comenzando por el analfabetismo latente, por ejemplo, identificamos a esos que dicen que el catalán es un dialecto, peor aún, que es castellano pero quitando letras a palabras y un poco de acento francés, los filólogos de barra de bar. Si la educación ya enseñara que la rama íberorromance es distinta a la occitanorromance ya rompemos la barrera del dialecto/lengua, si la educación enseñara a que una lengua suma, jamás resta, otra lucha ganada. Se me ocurren mil ideas que harían de España un país donde las personas en su mayoría vieran en la variedad lingüística un patrimonio cultural, no un problema. El argumento de la utilidad también cae por su propio peso, por ejemplo, asistes a cualquier congreso internacional y el castellano es igual de útil que el swahili, cada lengua es útil en su lugar, situación y donde las personas quieran.

Yo soy una persona que a día de hoy puedo decir que tengo un vasto público en las redes que es comprensivo, que tiene un comportamiento asertivo hacia mis ideas y mis formas, pero no ha sido trabajo de un solo día, he tardado años en poder expresarme en catalán públicamente teniendo un 80% de lectores de fuera de Cataluña sin que me dijeran nada o me exigieran traducción, es más, ellos mismos me defienden cuando algún lelo me recrimina por ello. Esta fase se consigue con el hábito y la costumbre, tengo 80.000 tweets escritos en castellano, lengua que suelo usar más por comodidad, pero otros 1000 en catalán, respuestas a preguntas en catalán mayormente.

Bajo mi experiencia, creo que la mente colonial que se cultivó desde la España Uniforme Constitucional, España Foral y la España Asimilada de entonces tras el Nueva Planta, pasando por Migueles Primos de Rivera, Paquitos y Aznares que hablaban en la intimidad, llegamos a un punto Wertiano de no retorno en este tema. Incluso en Galicia consiguieron hacer creer que el gallego era lengua de ‘pueblerino’, como los franceses en el sur de Francia con el catalán o en Asturias con el bable, desprecios de la clase dominante y tradicional. Cuando veo que España es el país que posee la lengua viva más antigua de Europa, el euskera, y la desprecia de tal forma, es algo que reafirma que no hay solución posible en la actualidad de unir algo que jamás ha estado unido, al revés, fue un puzle de piezas distintas que se intentó unir y enganchar con pegamento a cualquier precio y forma desencajada meramente por intereses de poder territorial. He viajado por todo el país y sí, en la mayoría de lados si hablas catalán en público siempre hay el que se ofende, el que cree que le estás criticando, que lo haces por joder o simplemente para que no se entere de la conversación. Esa persona tiene un problema que tiene cura, se le llama bilingüismo, así de simple, cuando entiendes que inconscientemente cambias de idioma según el interlocutor por hábito y costumbre, pasa de ser un problema a una herramienta útil y que además científicamente demostrado, activa zonas del cerebro que un monolingüe no suele activar.

Como persona que usa 2 lenguas maternas a diario y un tercer idioma a nivel medio, siempre me hago una pregunta referente a las lenguas en España: Si en Cataluña somos capaces de aprender 2 lenguas a la par y una tercera complementaria, ¿por qué en zonas de España donde se habla una sola lengua no saben el inglés a la perfección? ¿Por qué no se potencia el bilingüismo al máximo exponente ahí? ¿Tanto ha hecho mella el tradicionalismo castellano? Veo que muchas veces choco con el argumento “pa ke te sirve el catalán si no sirve pa na l kastellano s ablao por mas gente s mas útil”, argumento usado generalmente por personas que no saben ni escribir la única lengua de uso diario que tienen. Esto no es una crítica negativa al castellano, al revés, el castellano es la lengua que he usado siempre con mis amigos, parejas y como podéis ver, en mis artículos y redes sociales. El catalán lo uso en casa y en ámbitos más específicos, y sí, no tengo problemas ni me miran mal en ninguna parte de Cataluña, en 28 años jamás he tenido problema alguno por ello y mira que he vivido tanto en Barcelona como en la Cerdanya, Cataluña profunda.

No me sirve que digáis el tópico “hay días tontos y tontos todos los días”, porque ya no hablamos de casos aislados, hablamos de una actitud normalizada en un momento, en teoría, donde esa gente que tanto ama cierta zona del país debería cambiar el chip, comprender, cuidar, o simplemente, no despreciar algo que no forma parte de su acervo habitual.

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Por cierto, por el bien de la unidad de España, la unidad de las caderas metálicas del rey Juan Carlos I de Borbón, la unidad del Pi de les 3 branques de Berga, la unidad del vestuario de Zidane y la unidad dentro de Podemos, espero que condenen al comentarista que se ha atrevido a usar otra lengua que no sea la de Quevedo, que para algo ganamos una guerra, cojones. De momento, os dejo hasta el siguiente artículo, me acabo esta copita de Moriles y directos a casa de José Luis Moreno, que he quedado.

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